19 jul 2013

Los cumpleaños

No hay equilibrio en mi cabeza. Tengo una idea y llega otra a pelear. Son contradictorias, confusas como la seguridad en mí misma. Me gusta pensar de todo. Qué haré mañana, por qué hice eso ayer. También pienso en los cumpleaños. No hay persona que felicite con sinceridad. Mi sinceridad es no felicitar. Y solo me gusta la hipocresía cuando se trata de felicitarme.

Hoy, 19 de julio, es el cumpleaños de Brian May. También preinscriben los hideputicas sabelotodo-y-nada de nuevo ingreso en la universidad donde voy a perder el tiempo con otros hideputicas sabelotodo-y-nada de la carrera donde estoy perdiendo mi tiempo. A ellos no les importa el cumpleaños de Brian. A Brian no le importa si los de nuevo ingreso preinscriben o no. A mí me importa el cumpleaños de Brian. A Brian también le importa su cumpleaños. Pero a todos nos vale verga si no nos importan las mismas cosas.

Él no me conoce, nunca lo hará, aunque yo sí lo conozca. Me emociona su cumpleaños. Festejo escuchando The kissing me song en YouTube mientras reblogueo fotografías de Queen en Tumblr. Lo abrazo sin rodearlo con mis brazos. Soy sincera. No la estoy pasando bien. Realmente nunca podré abrazarlo. 

Pero lo bueno de decirle «Feliz cumpleaños» por Twitter vía mención me evita una vergüenza. No soportaría saber que puse esa sonrisita de fan stalker-anonadada-enamorada si hubiera podido estar con él, de frente, haciendo contacto visual y, a penitas, corporal. Ya está acostumbrado a verlas. Es tan guapo. Yo no podría sorprenderlo. Luego pensaría en qué haré mañana. Mañana me diría hipócrita, pensando por qué hice eso ayer. ¿Ya les dije que también voy a seguir pensando en los cumpleaños?

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